lunes, 3 de febrero de 2014

Actividad 2.








CONCLUSIÓN

La Historia es una disciplina compleja, tanto por sí misma como por la forma de enseñarla o “aprenderla”.
Es preciso que los docentes transformemos nuestras prácticas de enseñanza para poder incidir en el aprendizaje de los alumnos; conducirlos de la memorización de fechas, nombres, sucesos, etc., carentes de sentido o cuya finalidad sólo es aprobar un examen, hacia el desarrollo del pensamiento crítico y analítico. Para ello es necesario pensar qué es rescatable, qué recuperar, qué desechar, qué y cómo innovar nuestras prácticas pedagógicas respecto a la Historia.
Aprender historia precisa de conocer y entender nociones o conceptos de alteridad, tiempo, cultura, causalidad, entre otros; de llevarnos a cuestionar las representaciones propias y contrastarlas con la de otros; podría decirse que a dudar de lo dado.
La situación-problema (SP) es una propuesta metodológica que permite guiar a los estudiantes a la comprensión de la historia y sus repercusiones en el presente; pero su aplicación también exige un cambio en el docente respecto a su forma de conocer la Historia.
Enseñar historia desde un planeamiento de situación problema es un proceso que debe ser bien planificado y organizado; conducir a la trasformación de conceptos complejos o de lo contrario no se logrará el objetivo. A través de la SP es posible lograr la construcción del pensamiento crítico de los alumnos.

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